No oyes ladrar a lo perros es un parte de la obra de Juan Rulfo (El Llano en Llamas).Este parte relata el recorrido que hace un padre con su hijo, el cual por andar en malos pasos fue herido y donde vivían no había doctor tenían que ir a un pueblo llamado Tonaya para que lo viera uno.
La señal para que ellos supieran que habían llegado al pueblo era que tenían que oír ladrar a lo perros.
El joven se llamaba Ignacio y durante el camino su papá le iba diciendo que si lo llevaba a Tonaya para que le curaran sus heridas lo hacia por su difunta madre.
Por que el había dejado de ser su hijo desde que el se dedico a matar y a robarle a las personas, que había maldecido la sangre que llevaba de el, le recordó cuando era un niño y su madre lo alimentaba; no podía creer que ese niño se haya convertido en una persona que se dedicaba a ser mala con las personas inocentes.
Ya habían caminado durante horas hasta que llegaron al pueblo pero durante el camino el le había preguntado a Ignacio si no había oído ladrar a los perros y cuando llegaron le pregunto lo mismo.
Pues las manos de Ignacio cubrían las orejas de su padre y el no podía oír nada a esa pregunta solo Ignacio contesto no me ayudaste ni siquiera con esa esperanza.
Lo que mas dejo pensando de este cuento es el por que Ignacio nunca le dijo a su padre que los perros ladraban y el por que nunca contesto nada de lo que el le decía respecto a su persona y a su madre.
En ocasiones como hijos tomamos malas decisiones pero siempre por muy malos que seamos con nuestros padres ellos siempre estarán ahí.
PALABRAS RARAS:
*Tonaya
*reculando
*trajinando
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